Tú, que amas un amor fantasma
y que das un nombre a la niebla,
a la ceniza de los sueños...
Tú, que te doblas sobre ti
misma como el sauce se dobla
sobre su sombra reflejada
en el agua... Tú, que te cierras
los brazos vacíos sobre el
pecho y murmuras la palabra
que no oye nadie, ven y enséñame
a horadar el silencio,
a encender, a quemar la soledad...
y que das un nombre a la niebla,
a la ceniza de los sueños...
Tú, que te doblas sobre ti
misma como el sauce se dobla
sobre su sombra reflejada
en el agua... Tú, que te cierras
los brazos vacíos sobre el
pecho y murmuras la palabra
que no oye nadie, ven y enséñame
a horadar el silencio,
a encender, a quemar la soledad...
Que Belleza El de la soledad de María !!!
ResponderBorrarMaría Cristina Arrocha Parra
(lo ubico como anónimo, no entiendo como es lo otro )