8 de octubre de 2012

Pablo Neruda

Soneto LXVI 
No te quiero sino porque te quiero, 
y de quererte a no quererte llego, 
y de esperarte cuando no te espero,
pasa mi corazón del frío al fuego. 
Te quiero porque sólo a ti te quiero,
te odio sin fin y odiándote te ruego,
y la medida de mi amor viajero, 
es no verte y amarte como un ciego.
Tal vez consumirá la luz de enero, 
su rayo cruel mi corazón entero, 
robándome la llave del sosiego. 
En esta historia sólo yo me muero, 
y moriré de amor porque te quiero, 
porque te quiero amor a sangre y fuego.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario