14 de diciembre de 2012

Marcelo Ferrer (Amor y distancia)

Mi sur te imaginó desde un sueño
que plácido elevó su libido para buscarte...
Ahí, donde el azteca adora a sus dioses,
me elevo a tu norte para adorarte.

Tierras aztecas de sacrificios y alabanzas,
te buscan mis ojos en la inmensidad de esas pampas
que tienen al águila en su bandera como estampa.

En este espacio infinito donde las formas son letras,
y el corazón se arrasa con el poder de la palabra,
acuño esperanzas en cada charla.

Te siento, te veo, te toco
marcho a tu encuentro inundado de vos
cuando cierro mis ojos,
y me elevo etéreo cuando te invoco.

Con el amor, suceden cosas extrañas.
Se derriban fronteras y se devoran distancias...
Pero son los sueños los que alimentan la esperanza.

Por eso, mi amada... luz lejana:
Búscame en tus sueños a los flancos de tu falda,
sostenme la mano firme y no la sueltes por nada,
que si es amor esto que nos pasa,
esta fantasía que anuda nuestras almas,
unirá nuestros cuerpos la mañana de un día.

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