Soñé contigo esta noche:
Te desfallecías de mil maneras
y murmurabas tantas cosas...
Y yo, así como se saborea una fruta
te besaba con toda la boca
un poco por todas partes, monte, valle, llanura.
Era de una elasticidad,
de un resorte verdaderamente admirable:
Dios, ¡qué aliento y qué cintura!
Y tú, querida, por tu parte,
qué cintura, qué aliento y
qué elasticidad de gacela...
Al despertar fue, en tus brazos,
pero más aguda y más perfecta,
¡Exactamente la misma fiesta!
Te desfallecías de mil maneras
y murmurabas tantas cosas...
Y yo, así como se saborea una fruta
te besaba con toda la boca
un poco por todas partes, monte, valle, llanura.
Era de una elasticidad,
de un resorte verdaderamente admirable:
Dios, ¡qué aliento y qué cintura!
Y tú, querida, por tu parte,
qué cintura, qué aliento y
qué elasticidad de gacela...
Al despertar fue, en tus brazos,
pero más aguda y más perfecta,
¡Exactamente la misma fiesta!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario