2 de mayo de 2013

Manuel Acuña (Si supieras niña ingrata)

Si supieras, niña ingrata,
lo que mi pecho te adora;
Si supieras que me mata
la pasión que por ti abrigo;
Tal vez, niña encantadora,
no fueras tan cruel conmigo.

Si supieras que del alma
con tu desdén ha volado
fugaz y triste la calma,
y que te amo más mil veces,
que las violetas al prado
y que a los mares los peces;

Tal vez entonces, hermosa,
oyeras el triste acento
de mi querella amorosa;
Y atendiendo a mi reclamo,
mitigaras mi tormento
con un beso y un "yo te amo".

Si supieras, dulce dueño,
que tú eres del alma mía
el solo y único sueño;
Y que al mirar tus enojos,
la ruda melancolía
baña en lágrimas mis ojos;

Tal vez entonces me amaras,
y con tus labios de niño
mis labios secos besaras;
Y cariñosa y sonriente
a mi constante cariño
no fueras indiferente.

Ámame, pues, niña pura
ya que has oído el acento
del que idolatrarte jura;
Y atendiendo a mi reclamo,
ven y calma mi tormento
con un beso y un "yo te amo".

No hay comentarios.:

Publicar un comentario