2 de noviembre de 2013

Los besos

No te olvides, temprana, de los besos un día.
De los besos alados que a tu boca llegaron.
Un instante pusieron su plumaje encendido
sobre el puro dibujo que se rinde entreabierto.

Te rozaron los dientes. Tu sentiste su bulto.
En tu boca latiendo su celeste plumaje.
Ah, redondo tu labio palpitaba de dicha.
¿Quien no besa esos pajaros cuando llegan, escapan?

Entreabierta tu boca vi tus dientes blanquisimos.
Ah, los picos delgados entre labios se hunden.
Ah, picarón celestes, mientras dulce sentiste
que tu cuerpo ligero, muy ligero, se erguía.

¡Cuan graciosa, cuan fina, cuan esbelta reinabas!
Luz o pájaros llegan, besos puros, plumajes.
Y os oscurecen tu rostro con sus alas calientes,
que te rozan, revuelan, mientras ciega tú brillas.

No lo olvides. Felices, mira, van, ahora escapan.
Mira: vuelan, ascienden, el azul los adopta.
Suben alto, dorados. Van calientes, ardiendo.
Gimen, cantan, esplenden. En el cielo deliran.

Vicente Aleixandre

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